¿Sabías que uno de los libros de Maurice Sendak, el autor de Dónde viven los monstruos, fue censurado? Igual suerte han tenido Samuel Clemens (Mark Twain), con Huckelberry Finn y Roal Dahl, con Las brujas. La censura en la literatura para niños se da muchas maneras. Ocurre cuando el lector adulto difiere del tratamiento o de la exposición a los niños de un tema en particular. Entre los asuntos "difíciles" encontramos el sexo,
la brujería, la muerte y los temas sociales como la drogadicción. La censura está fundamentada en una visión romántica de la niñez. Usualmente el censor, en concreto, el padre, la madre, el docente, el bibliotecario, el administrador o el editor piensa que la "pureza e inocencia" de la niñez debe protegerse. Estos le otorgan a la palabra un gran poder de contaminación y le arrebatan al lector su juicio.
Tan reciente como el verano pasado hubo en Puerto Rico una breve discusión mediática sobre la censura que ejerció el Departamento de Educación contra un grupo de textos literarios. Entre estos, había libros para niños como Lola, de Loufane. Este texto trata sobre una gallina que se enamora de un lobo y es correspondida por éste.
A estos efectos, todos los años, la última semana de septiembre, la Asociación de Bibliotecas Americanas celebra la Semana de libros censurados o libros prohibidos. Este año, las fechas de celebración son entre el 25 de septiembre y el 2 de octubre.
Si quieres leer más sobre el tema, te sugiero Caza de brujas: la censura en la literatura infantil, escrito por Pablo Cruz.
Si deseas más información sobre las actividades que promueve la Asociación de Bibliotecas Americanas, puedes entrar a su página electrónica: http://www.ala.org/ala/issuesadvocacy/banned/bannedbooksweek/index.cfm
Allí encontrarás ideas de actividades que puedes realizar relacionadas con la prohibición de libros.
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