Un día, Coneja Blanca encuentra tres cubetas de pintura de los colores primarios. Ella decide darse un chapuzón en esas cubetas y descubre que puede crear colores nuevos (los colores secundarios). Luego de entrar a todos los colores se dio cuenta que pudo encontrar el color perfecto, un marrón lindo y cálido.
Actividades:
1. Conejo de algodón: La maestra repartirá a los estudiantes: una foto impresa de la silueta de un conejo, pega, algodones y pintura. Los niños, utilizando la pega, van a rellenar la silueta del conejo con los algodones. Luego van a poner dos gotas de pintura en cada lado del conejo, van a doblar la página por la mitad y usar sus manos para regar la pintura por el papel. Abriendo el papel los niños verán, por ejemplo, en cada lado el color azul y amarillo y en el medio, donde esta el conejo, se verá que el conejo ahora es verde por mezclar los colores.
2. Mezclando colores: La maestra va a colocar un papel de estraza grande en el medio del salón y va a repartir platos con pintura. Los colores que se utilizarán son los colores primarios. Los estudiantes, utilizando sus manos, van a mezclar los colores en el papel de estraza para ver cómo pueden formar nuevos colores. Utilizando de ejemplo el cuento de la Coneja Blanca bañándose en las cubetas de pintura y cambiando de color cuando entraba a otra diferente.
3. Encuentra el color: La maestra enseñará unas imágenes en la pizarra electrónica y les dirá a los estudiantes que tienen que tratar de encontrar algún objeto o cosa que tenga el mismo color de la imagen. Por ejemplo, la maestra muestra una imagen de un carro amarillo y uno de los estudiantes encuentra en el salón un bloque de Lego amarillo.
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