Había otra vez, un niño que se llamaba Pinocho. No era de madera pero era preguntón. Durante su trayecto en la casa del abuelo, en las calles y en la escuela, se percató de algo muy extraño. Muchas personas tenían las orejas como las de algunos animales. Al finalizar, el abuelo Gepetto confiesa la verdad y todo vuelve a la normalidad.
Actividades:
1. Enseñar el principio de la honestidad a través de una actividad divertida. Todos los niños harán un círculo. Uno de los niños no participará del círculo. Los niños esconderán en sus manos diferentes objetos. La maestra le dirá al niño, cuál objeto debe encontrar. El niño que está afuera del círculo tendrá que adivinar quién tiene el objeto. Si el estudiante, casualmente lo adivina, el estudiante que tiene el objeto es eliminado del juego. De esta manera el estudiante que escondía el objeto en sus manos, es tentado a decir un mentira.
2. Enseñar qué es mentir a través de una metáfora. Cada niño escribirá una mentira en un globo con helio. Ir al patio y que cada estudiante suelte su globo. Rápidamente, los globos se elevarán al cielo. No podrán recogerlas porque estarán dispersas en el aire. Preguntarles, qué experimentaron al dejar ir su globo. Explicarles, que así son las mentiras, una vez las digas no las puedes controlar.
3. Cada estudiante hará una máscara. El antifaz representa, una mentira. Cuando mentimos, no somos nosotros mismos porque ocultamos nuestro rostro. Cuando completen sus máscaras, los estudiantes socializarán durante diez minutos, con las caretas puestas. Cuando culminemos la actividad, discutiremos.
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