¿Imaginas cómo serían tus días si ya no pudieras ver los colores del arco iris? ¡Qué alegría debe ser encontrarse con personas que con amor te vuelvan a recordar esos colores que alguna vez disfrutaste tanto!
Jan Coartes nos presenta en Un arco iris en la oscuridad una hermosa historia de una niña llamada Ana que transformó su aburrimiento en un tiempo maravilloso al ayudar a Juana, una mujer joven que es no vidente. Ambas se adentran en la aventura de buscar un conjunto muy especial para Juana. Como Juana no podía ver los colores Ana se los describía para que ella pudiera imaginarlos. Y fue así que poco a poco lograron escoger todas las piezas del conjunto e incluso, escogieron un pañuelo y un osito de peluche para Charlie el perro lazarillo de Juana. Cuando terminaron de hacer las compras Juana le extendió dos entradas a Ana y a su mamá para que atendieran a su actividad. En la actividad Ana y su mamá descubrieron para qué Juana necesitaba la ropa. Juana, sentada en una silla en medio del escenario, empezó a tocar su violonchelo y “una mezcla fascinante de música y color invadió todos los rincones de la enorme sala de concierto”.
Jan Coartes nos presenta en Un arco iris en la oscuridad una hermosa historia de una niña llamada Ana que transformó su aburrimiento en un tiempo maravilloso al ayudar a Juana, una mujer joven que es no vidente. Ambas se adentran en la aventura de buscar un conjunto muy especial para Juana. Como Juana no podía ver los colores Ana se los describía para que ella pudiera imaginarlos. Y fue así que poco a poco lograron escoger todas las piezas del conjunto e incluso, escogieron un pañuelo y un osito de peluche para Charlie el perro lazarillo de Juana. Cuando terminaron de hacer las compras Juana le extendió dos entradas a Ana y a su mamá para que atendieran a su actividad. En la actividad Ana y su mamá descubrieron para qué Juana necesitaba la ropa. Juana, sentada en una silla en medio del escenario, empezó a tocar su violonchelo y “una mezcla fascinante de música y color invadió todos los rincones de la enorme sala de concierto”.
Actividades:
1. Cada estudiante escogerá tres de sus colores favoritos, pensará en una característica que pueda asociar con cada color y para que no se le olvide los anotará en una tarjeta que guardará en su libreta sin dejar que sus compañeros la vean. Luego se dividirán en grupos de dos y le dirán a su compañero la característica que escogieron para cada uno de sus colores favoritos. El compañero tendrá que adivinar cuál es el color al que le pertenece esa característica y después de que lo adivine, el otro compañero tendrá que explicar por qué escogió esa característica para ese color (ambos integrantes del grupo tendrán que hacer el ejercicio).
2. Los estudiantes se dividirán en grupos de 5 y cada grupo tendrá una caja misteriosa con un orificio en la parte superior. Dentro de la caja habrá un pedazo de tela, todos con texturas diferentes. Cada integrante del grupo tendrá que meter su mano dentro de la caja para explorar el pedazo de tela. De acuerdo a la textura tendrán que decir el color que ellos piensan que tiene la tela, explicarán por qué piensan que es de ese color y como equipo decidirán qué color los convence más. Cuando hayan decidido el color que piensan que tiene el pedazo de tela entonces habrían la caja para corroborar si su hipótesis era correcta o no.
3. En grupos de 3, los estudiantes buscarán información acerca de cómo las personas ciegas pueden “ver” (ej. Juana tiene a Charlie que es su perro lazarillo y él la ayuda a “ver” cuando camina. Las personas que no ven con sus ojos, pueden hacerlo a través de perros guías). Con la información que recopilen harán un cartel que incluya la información recopilada e imágenes que sustenten lo escrito. Luego harán una presentación frente al grupo explicando la información contenida en el cartel. Los carteles se exhibirán en las paredes del salón.
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