Este cuento nos lleva por la travesía de un hambriento ogro que, como es de esperar, come niños. Iba a la villa buscando su cena y los padres ocultaban a sus niños. Tanto estuvo hasta que este enfureció del hambre.
Zeralda y su padre, que vive en un valle dentro del bosque, desconocen del ogro que aterroriza la villa. Un día, Zeralda se encamina a la villa a vender víveres en lugar de su padre. En el camino, Zeralda se enfrenta al ogro. Este tropieza al verla y se lastima. Cuando Zeralda lo ve, toma compasión con el ogro y le comienza a cocinar la mitad de los víveres que cargaba en la carreta. Luego de tan exquisita cena, el ogro contrata a Zeralda para que cocine en su castillo. Los demás ogros gozaron de su cena y dejaron de comer niños. Pasaron los años y Zeralda creció en el castillo y el gigante se afeita su puntiaguda barba. Luego de esto, Zeralda y el ogro se casan para luego tener hijos.
Actividades:
1. ¿Qué quiero comer?
2. ¡Seamos ogros! Hacer mascaras en el salón de clases de ogro. Durante el taller, se desarrollaran mejor sus destrezas motrices como recortar, pegar, etc.
3. ¿Qué vale la comida?
Enseñar a los niños el valor monetario de la comida y como se obtiene. Con esta se puede hacer un recorrido de cómo trabaja el dinero y el mercado para luego recrear un escenario de vendedor con comprante entre los estudiantes del salón.
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